La actualización de la guía de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus tipos 1 y 2 en niños desarrollada por The National Institute for Health and Care Excellence (NICE) se publicó en junio de 2022.  En esta primera parte se aborda el diagnóstico y tratamiento de la tipo 1 (DM1) y en la segunda parte se abordará el diagnóstico y tratamiento de la tipo 2. 

La guía de práctica clínica da recomendaciones acerca del apoyo a niños y jóvenes, sus familias y cuidadores, para mantener un control estricto de la glucosa en sangre y reducir riesgos a largo plazo.1 La DM1 es una enfermedad multifactorial que resulta de la destrucción autoinmune o disfunción de las células beta del páncreas. Esta patología tiene un impacto mundial, y se estima que al menos 13 millones de personas la padecen en todo el planeta. La administración de insulina exógena no produce un control óptimo de la homeostasis de la glucosa, lo que provoca complicaciones microvasculares a nivel cardiaco, cerebral, ocular, renal y del sistema nervioso periférico.2 A nivel mundial, la incidencia de DM1 está en aumento en los niños y adolescentes que viven en países de ingresos bajos y medios. Se estima que la incidencia anual en el continente americano es de 20 por 100.000 niños.3 A continuación, se mencionan las recomendaciones más relevantes de este documento. <h3>Diagnóstico 1 </h3>Los síntomas de la diabetes tipo 1 en niños y jóvenes incluyen: <ul><li>Hiperglucemia (glucosa plasmática aleatoria &gt;198 mg/dL)  </li><li>Poliuria  </li><li>Polidipsia  </li><li>Pérdida de peso  </li><li>Cansancio excesivo </li></ul>Se debe sospechar la posibilidad de diabetes tipo 2 (DM2) en niños y jóvenes que:  <ul><li>Tienen historial familiar de DM2  </li><li>Tienen obesidad. </li><li>Afrodescendientes o asiáticos. </li><li>No necesitan insulina, o la requieren en cantidades menores de 0.5 unidades/kg de peso corporal/día después de la fase de remisión parcial.  </li><li>Muestran indicios de resistencia a la insulina (por ejemplo, acantosis nigricans). </li></ul>Se deben considerar otros tipos de diabetes, como síndromes de resistencia a la insulina, monogénica o mitocondrial, en niños y jóvenes con sospecha de la enfermedad que tengan alguna de las siguientes condiciones:  <ul><li>Diabetes en el primer año de vida.  </li><li>Rara vez o nunca desarrollan cetonemia durante episodios de hiperglucemia. </li><li>Características asociadas como atrofia óptica, retinitis pigmentaria, sordera u otra enfermedad o síndrome sistémico.</li></ul><h3>Tratamiento1 </h3><h4>Insulinoterapia </h4>Ofrecer a los pacientes un régimen diario múltiple de insulina basal desde el diagnóstico de DM1. Este consiste en inyecciones de insulina de acción corta o análogos de actividad rápida antes de las comidas, junto con una o más inyecciones diarias separadas de insulina de efecto intermedio o un análogo de acción prolongada. Si el régimen múltiple diario de insulina no es apropiado para un paciente, considerar el uso de una bomba. En el caso de individuos que utilizan regímenes de insulina dos veces al día, ajustar la dosis según la tendencia general de su glucemia antes de las comidas, a la hora de dormir y ocasionalmente por la noche.  Informar a los pacientes con DM1 recién diagnosticada y a sus familias o cuidadores que: <ul><li>Pueden presentar una fase de remisión parcial ("periodo de luna de miel") cuando empiezan a utilizar insulina. </li><li>Durante este período, es posible que solo necesiten una dosis baja de insulina (0.5 unidades/kg de peso corporal/día) para mantener un nivel de HbA1c &lt;6.5%. </li></ul>Es recomendable proporcionar a los individuos análogos de insulina de acción rápida para utilizar durante enfermedades intercurrentes o episodios de hiperglucemia. <h4>Manejo dietario </h4>Explicar que se deben ingerir alimentos con un índice glucémico bajo, frutas y verduras, así como cantidades adecuadas de grasas. Los niños y jóvenes con DM1 tienen las mismas necesidades nutricionales básicas que las demás personas de su edad. Su alimentación debe proporcionar suficiente energía y nutrientes para su óptimo crecimiento y desarrollo. Los pacientes deben comer al menos 5 raciones de frutas y verduras al día. <h4>Actividad física </h4>Promover la actividad física de manera regular, y explicar que esta conducta reduce el riesgo a largo plazo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Explicar a los pacientes y a sus familiares o cuidadores que:  <ul><li>Deben ingerir los carbohidratos adicionales que necesiten para evitar la hipoglucemia y disponer de alimentos basados en carbohidratos durante y después del ejercicio. </li><li>Es necesario tomar carbohidratos adicionales si sus niveles de glucosa en plasma son &lt;126 mg/dL antes de hacer ejercicio. </li><li>Puede ser necesario modificar su dosis de insulina o la ingesta de carbohidratos si cambian los patrones de ejercicio diario. </li></ul><h3>Objetivos de glucemia y HbA1c1 </h3><h4>Glucemia </h4>Los rangos óptimos de glucemia a corto plazo son:  <ul><li>En ayunas de 72 a 126 mg/dL (al despertarse), antes de las comidas y en otros momentos del día.  </li><li>De 90 a 162 mg/dL después de las comidas.  </li><li>Mínimo 90 mg/dL al conducir. </li></ul><h4>Monitoreo continuo de glucosa (MCG) </h4>Se debe ofrecer MCG en tiempo real a todos los pacientes con DM1, junto con el adecuado entrenamiento para utilizarlo. Ofrecer MCG intermitente a los individuos &gt;4 años que no puedan utilizar el monitoreo en tiempo real o que expresen una clara preferencia por el sistema continuo. Si un paciente no puede o no desea utilizar ninguno de los dispositivos de MCG disponibles, ofrecer la monitorización de la glucosa en sangre capilar.<h4>Monitoreo de glucosa en sangre capilar </h4>Aconsejar a los individuos con DM1 que utilizan la monitorización de la glucemia capilar, que realicen de forma rutinaria al menos 5 glucometrías al día. <h4>Monitoreo y objetivos de HbA1c </h4>Informar a los pacientes y cuidadores que un nivel objetivo de HbA1c ≤6.5% minimizará el riesgo de complicaciones a largo plazo. Medir el nivel de HbA1c cuatro veces al año. Considerar la posibilidad de realizar pruebas más frecuentes si existen dificultades con el control de la glucemia. <h4>Hipoglicemia </h4>Se debe tratar la hipoglicemia leve a moderada de manera inmediata:<ul><li>Administrar glucosa oral de acción rápida, por ejemplo, de 10 a 20 gramos (los carbohidratos líquidos pueden ser más fáciles de digerir que los sólidos). </li><li>La glucosa de acción rápida posiblemente tenga que administrarse en pequeñas cantidades de manera frecuente debido a que la hipoglucemia a veces provoca vómitos.  </li><li>Volver a comprobar los niveles de glucemia en 15 minutos (la glucosa de acción rápida debería elevar los niveles de 5 a 15 minutos después).  </li><li>Administrar más glucosa de acción rápida si todavía existe hipoglucemia.  </li><li>A medida que los síntomas mejoren o los niveles de glucosa en sangre vuelvan a la normalidad, se deben dar carbohidratos orales de acción prolongada para mantener los niveles de glucosa en sangre, a menos que la persona vaya a tomar un tentempié o una comida o esté recibiendo una infusión continua de insulina subcutánea. </li></ul>En el caso de pacientes hospitalizados, tratar la hipoglucemia grave con glucosa intravenosa al 10% si es posible obtener un acceso intravenoso rápido. Administrar una dosis máxima de 500 mg/kg de peso corporal (equivalente a un máximo de 5 ml/kg). En caso de que no estén hospitalizados, o si el acceso intravenoso rápido no es posible, tratar la hipoglucemia grave con: <ul><li>Glucagón intramuscular o una solución oral concentrada de glucosa. No utilizar la solución oral si existe alteración del nivel de conciencia. </li><li>Si se utiliza glucagón intramuscular, se debe administrar 1 mg de glucagón a &gt;8 años o que pesen ≥25 kg. Administrar 500 microgramos a los &lt;8 años, o que pesen &lt;25 kg.</li></ul>Cuando el alcohol provoca o contribuye a la hipoglucemia, el glucagón puede ser ineficaz y es necesario el tratamiento con glucosa intravenosa.<h3>Perlas clínicas </h3><ul><li>Al diagnosticar la diabetes en un niño o joven, se debe asumir que se trata de una enfermedad de tipo 1 a menos que haya indicios claros de tipo 2, monogénica o mitocondrial. </li><li>No se recomienda medir el péptido C o los títulos de autoanticuerpos específicos para hacer el diagnóstico diferencial entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2. </li><li>Es importante educar a los pacientes y cuidadores sobre la importancia de una buena higiene bucal y de hacer revisiones periódicas, para prevenir la periodontitis. </li><li>Indicar a los jóvenes con diabetes tipo 1 que acudan a controles 4 veces al año, y a una revisión oftalmológica cada 2 años. </li><li>Mantener los niveles de glucemia en el extremo inferior de los rangos objetivo ayuda a los pacientes a lograr niveles de hemoglobina glicosilada más bajos. </li></ul>

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Guía NICE para diagnóstico y tratamiento de diabetes mellitus en niños, actualización 2022, parte I

Consulte a continuación las recomendaciones más relevantes para el diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 en población pediátrica.