Las últimas pautas de tratamiento de endocarditis infecciosa (EI) recomiendan emplear penicilina G o amoxicilina por cuatro a seis semanas para Streptococcus y Staphylococcus susceptibles, vancomicina para aquellos con alergia a los betalactámicos, y adicionar gentamicina en infecciones complicadas. La detección temprana y la intervención adecuada son cruciales para mejorar los resultados clínicos.
La EI es una patología que compromete el endocardio, provocada en la mayoría de los casos por bacterias u hongos.1 En los países desarrollados, la incidencia anual varía entre 1 y 11.6 casos por cada 100 000 habitantes.2
En 2023, la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) actualizó su guía de práctica clínica sobre diagnóstico y tratamiento de EI. Esta guía se divide en dos partes: la primera aborda las recomendaciones para la detección, presentación clínica, criterios diagnósticos y pruebas necesarias. La segunda parte se enfoca en el tratamiento de la enfermedad.3
El éxito de la terapia radica en la eliminación microbiana con el uso de medicamentos antimicrobianos.
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Codigo: GI-CG-3-10367
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