Las fístulas rectouretrales (FRU) son comunicaciones patológicas poco frecuentes entre el recto y el tracto urinario inferior con una incidencia de 0.5 por 100.000 por año. Ocurren debido a cirugías, radiación, trauma y estados inflamatorios como la enfermedad de Crohn; y los síntomas más comunes son neumaturia, fecaluria, hematuria e infecciones del tractor urinario. El siguiente caso clínico describe a un hombre joven que presentó salida de orina y espermatozoides por el recto, causado por un trauma al utilizar un catéter vesical, pero con resolución quirúrgica exitosa.

<figure class="poll" data-id="220">{ Poll ID: 220}</figure>Hombre de 33 años con antecedentes de consumo de drogas ilícitas que consulta por dolor testicular desde hace 5 días y reporta una cantidad sustancial de paso de orina y espermatozoides por el recto, además de neumaturia y fecaluria durante los últimos años.  Los signos vitales al momento de la presentación estaban dentro de los límites normales. Al examen físico se evidenció tumefacción testicular izquierda con signo de Prehn positivo y al tacto rectal defecto en la pared anterior del recto.  Los laboratorios mostraron una leucocitosis neutrofílica y el análisis de orina sugería una infección del tracto urinario. La tomografía computarizada (TC) de la pelvis reveló la presencia de orquiepididimitis izquierda y una estructura llena de gas dentro de la cara posterior de la próstata que se comunica con el recto adyacente, lo que sugería una fístula prostática-rectal de apariencia crónica, que fue confirmada con la cistouretrografía miccional. Se realizaron estudios exhaustivos para descartar causas infecciosas, incluida la tuberculosis, la enfermedad inflamatoria intestinal y la malignidad, pero todos los resultados fueron normales. Además, el paciente negó cirugías abdominales previas, manipulación y penetración rectal, o traumatismo rectal. Investigaciones posteriores revelaron un estado comatoso de tres semanas debido a una intoxicación por cocaína y fenciclidina dos años antes. La documentación sugirió un trauma significativo con la colocación del catéter de Foley asociado con hematuria durante esa hospitalización.  Se realizó una reparación quirúrgica conjunta de fístula colorrectal y urológica creando un colgajo de avance uretral-rectal a partir de la pared rectal extirpada, con cierre exitoso de la fístula prostática. Se colocó un catéter suprapúbico y posteriormente se retiró después de la recuperación.  <h3>Discusión y conclusiones </h3>Las fístulas rectouretrales (FRU) son comunicaciones patológicas poco frecuentes entre el recto y el tracto urinario inferior con una incidencia de 0.5 por 100.000 por año. La mayoría de los casos de adultos son adquiridos, mientras que la gran parte de los casos pediátricos se deben a anomalías congénitas.  Las FRU adquiridas ocurren debido a cirugía, radiación, trauma y estados inflamatorios como la enfermedad de Crohn. La mayoría de los casos están relacionados con el cáncer de próstata o son causados por las terapias utilizadas para esta enfermedad. Los síntomas de presentación que típicamente se manifiestan son neumaturia, fecaluria, hematuria e infecciones del tractor urinario. La FRU inducida por catéter es rara con pocos casos informados. Se ha reportado en la literatura algunos casos de fístulas colovesicales de la vejiga urinaria, fístulas uretrocutáneas y fístulas colovesicales asociadas con el uso prolongado de catéteres permanentes.  El paso rectal de espermatozoides es un síntoma raro que involucran conexiones rectales fistulosas con el conducto eyaculador o vesículas seminales debido al tratamiento quirúrgico de una neoplasia maligna o enfermedad inflamatoria intestinal. La presencia de heces en la orina se considera un signo de mal pronóstico, ya que puede ser un indicador de que la fístula puede ser grande.  Con relación al diagnóstico no hay un estudio estándar, aunque muchos casos se detectan por sospecha clínica seguida de visualización directa por rectoscopia o cistouretroscopia. También se han utilizado otras modalidades de imágenes como la TC, la resonancia magnética y la cistouretrografía; sin embargo, normalmente se produce una visualización directa posterior de la fístula.  La resolución conservadora por derivación urinaria o fecal es variable y oscila entre el 14% y el 54%. Debido al efecto general sobre la calidad de vida y a que la mayoría de los casos requieren intervención quirúrgica para el tratamiento definitivo, el tratamiento conservador generalmente se reserva para los pacientes que no son buenos candidatos para la cirugía o que prefieren una prueba de tratamiento menos invasivo. Los casos más complejos pueden requerir reparación quirúrgica y derivación urinaria o fecal posquirúrgica para facilitar una cicatrización óptima, como lo fue este caso. Existen varios factores conocidos de mal pronóstico, como fístulas de más de 2 cm y antecedentes de radiación regional o crioterapia. Este caso no solo destaca una complicación rara del uso de catéteres, sino que también enfatiza la importancia de la atención del proveedor cuando se utilizan terapias aparentemente benignas como los catéteres de Foley.

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Curioso Caso de Eyaculación Rectal 

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