La hiperprolactinemia secundaria a macroadenoma hipofisiario está involucrada en el metabolismo, específicamente en la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico. A continuación se presenta el caso de un paciente de 30 años con obesidad mórbida secundaria a macroadenoma hipofisiario, manejado satisfactoriamente con agonistas dopaminérgicos, con los que se logró una reducción significativa de peso y el restablecimiento de su ambiente hormonal.

La prolactina tiene efectos importantes sobre el metabolismo. Influye en la resistencia a la insulina y en el subsiguiente síndrome metabólico posiblemente secundario al tono dopaminérgico disminuido, en la resistencia a la leptina, en la disminución en niveles de adiponectina y en la presión hipotalámica sumada al hipogonadismo.1,2Algunos estudios revelan que la prolactina puede alterar la homeostasis de la glucosa y la sensibilidad a la insulina. En un sentido más amplio, puede incrementar las lipoproteínas de baja densidad y los triglicéridos después de una disminución en la actividad de la lipoprotein-lipasa.1,2Los agonistas dopaminérgicos (AD) se utilizan para regular los niveles de prolactina, el peso corporal, el metabolismo de glucosa y la homeostasis de lípidos. 1<h3>Presentación del caso </h3>Paciente masculino de 30 años remitido al departamento de endocrinología por hallazgo de bajos niveles de hormona estimulante de la tiroides (TSH), hormona folículo estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH). 1Reportaba síntomas de depresión, disminución en la concentración, cansancio, falta de motivación, disminución en la líbido, mal genio e insomnio. Además, reportó una ganancia de peso importante atribuida inicialmente al sedentarismo. Se le inició manejo primero con levotiroxina, pero la historia clínica ampliada reveló fatiga, disfonía, tinnitus, ansiedad, debilidad, sudoración profusa y visión borrosa intermitente. No había historia de galactorrea, o disminución en la agudeza auditiva, tampoco de ginecomastia, trauma craneoencefálico u otro trastorno neurológico. 1Al examen físico se encontró obesidad mórbida, con índice de masa corporal de 45.67m2 y signos vitales normales. El examen físico de la tiroides fue normal, con testículos pequeños, vello púbico escaso, micropene y características sexuales secundarias incompletas. 1Se le inició manejo con 0.25 mg de cabergolina dos veces a la semana, con un crimente de 0.5 mg semanal, además de ajuste de dosis de levotiroxina. Luego de tres meses de tratamiento, los niveles de prolactina disminuyeron a 71ng/mL con mejoría en la visión y cefalea. Después de 6 meses se observó una reducción significativa de los niveles de testosterona y bajos niveles de FSH/LH. Se le dio manejo con citrato de clomifeno 50 mg dos veces por semana, y además, fentermina y topiramato.1Se remitió a nutrición, pero no acudió a cita pese a múltiples intentos. En el seguimiento se evidenció una pérdida de peso de 100 libras, normalización de sus niveles de prolactina, testosterona y hormonas tiroideas. 1<h3>Discusión</h3>La cabergolina puede mejorar los parámetros clínicos y paraclínicos de pacientes con prolactinoma. Según lo reportado en la literatura, dosis de 0.25 mg de cabergolina dos veces por semana pueden ser suficientes para lograr una respuesta clínica traducida en normalización de los parámetros de prolactina, disminución del tamaño tumoral y restablecimiento de la función gonadal en un 80% de los pacientes con macroadenomas pituitarios.3Además de los AD, los pacientes con prolactinoma se benefician del manejo con levotiroxina y testosterona intramuscular cada tres semanas con mejoría notable del perfil tiroideo y de la función gonadal. En el caso del paciente, no se le dio manejo con testosterona dado que respondió satisfactoriamente al clomifeno.1La terapia con AD también puede ocasionar la pérdida de peso y mejorar la sensibiidad a la insulina y la leptina, y el perfil lipídico. Los niveles de testosterona en el paciente eran bajos por el hipogonadismo central, sin embargo, no se le dio manejo inmediato con testosterona pues la literatura sugiere que el tratamiento con AD puede mejorar la producción endógena de testosterona. 1En resumen, el paciente presentó una mejoría significativa en sus niveles de prolactina y en su hipogonadismo central, y una pérdida de peso importante con la terapia con AD en conjunto con el citrato de clomifeno. No se reportaron efectos adversos ni hubo neuroimágenes de seguimiento con el fin de evaluar si existió o no reducción en el tamaño del macroadenoma.1<h4>Comentario editorial</h4>Es común que el galeno reconozca la prolactina como la hormona encargada de la lactancia. Este caso clínico permite conocer los efectos de la hiperprolactinemia en condiciones no fisiológicas y cómo esta puede impactar en el metabolismo, en el funcionamiento gonadal y en el síndrome metabólico. ¿Qué otros agonistas dopaminérgicos conoce que podrían utilizarse para el manejo de la hiperprolactinemia?

Medicina Interna

Endocrinología

Medicina Familiar

Docred

Caso clínico: obesidad mórbida secundaria a prolactinoma

La hiperprolactinemia puede estar relacionada con la obesidad mórbida. Conozca más aquí.