La OMS determina que la salud “es un estado de completo bienestar físico, mental y social”. Para obtener una vida sana, los especialistas recomiendan implementar prácticas dentro de la rutina diaria que abarquen la mente y el espíritu, de forma que logren obtener un equilibrio entre estos dos pilares y el cuerpo. Sin embargo, es importante tener en cuenta los factores que pueden impedirlo para realizar e implementar herramientas que se acomoden a las necesidades sociales.

Muchas han sido las campañas que han motivado a todas las personas de las diferentes edades para llevar a cabo un estilo de vida saludable basado en una buena alimentación, actividad física y hábitos de sueños, sin embargo, es poca la información que indica lo que significa ser saludable.La OMS determina que la salud “es un estado de completo bienestar físico, mental y social”, y es un derecho fundamental el poder hacer goce absoluto de ella. Para lograr “ser saludable” se requiere de un trabajo articulado que involucre cuerpo, mente y espíritu, pero, ¿cómo llegar a eso?Los especialistas recomiendan que las personas, además de realizar las actividades diarias que les corresponden como parte de sus responsabilidades, como trabajar o estudiar, implementen prácticas dentro de su rutina que abarquen la mente y el espíritu y que no necesariamente requieran de mucho tiempo, como el yoga, el reiki, deporte, leer, entre otras, que generen sensaciones de paz, tranquilidad y felicidad.Diferentes estudios científicos han demostrado que la práctica de actividades que retroalimentan el ser y el espíritu, tienen importantes beneficios para la salud mental. Durante el día, las personas deben cumplir con sus deberes, que en la mayoría de las situaciones pueden generar sensaciones de estrés y ansiedad, lo que deteriora su salud mental y física, por lo que las actividades que promueven una mente sana pueden generar un equilibrio e impedir catástrofes.Así mismo, también recomiendan la disposición de tiempo para llevar a cabo una alimentación sana que corresponda a los requerimientos diarios. Los alimentos son la principal fuente de energía, por lo que una ingesta responsable que supla las necesidades individuales, es importante para prevenir eventos que afectan la salud física y mental.Sin embargo, es importante tener en cuenta los factores que pueden influir en la presencia o ausencia de hábitos saludables, como el nivel socio-económico, las costumbres, el tiempo y el trabajo. Las personas con un nivel socioeconómico bajo tienden a presentar mayor dificultad para llevar a cabo una vida saludable. Generalmente, para su manutención, tienen que enfrentarse a una mayor demanda de tiempo y trabajo, así como exponerse a mayores riesgos, como en los trabajos no formales, para suplir sus necesidades básicas. Las precarias condiciones de vida, generan inequidades sociales y ponen en desventaja a estas personas.Las costumbres culturales son un factor determinante a la hora de adquirir hábitos saludables. El ejemplo percibido por nuestros cercanos (padres, amigos, conocidos) influye a la hora de desarrollar determinadas actividades ya que esto hace parte de un proceso formativo y de aprendizaje al cual pertenecemos desde temprana edad. En múltiples ocasiones, el modelo de crianza pasa de una generación a otra y termina por convertirse en una regla, y es la principal razón por la que en ciertas zonas del mundo, como EE.UU, se dice que la población en general no es saludable.El tiempo y el trabajo son otros de los dos aspectos que influyen en la generación de hábitos saludables. La alta demanda de tiempo laboral impide que las personas puedan contar con espacios para realizar actividades, como es el caso de algunas profesiones en las que, si bien los ingresos económicos son buenos, el tiempo libre es poco, como sucede con los médicos.Para tener un estilo de vida saludable, se requiere de un equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu, de forma que las personas puedan suplir todas sus necesidades de forma individual. Ser saludable trae importantes beneficios para la salud física y mental al disminuir las probabilidades de tener alguna enfermedad o evento perjudicial. La estructuración de una rutina saludable debe ser individualizada para que se adapte a los requerimientos.Teniendo en cuenta la importancia de generar hábitos saludables y las diferentes condiciones sociales que pueden limitarlos, la OMS menciona algunas recomendaciones para tener una vida sana [3]:<ul><li>Mantener una dieta equilibrada.</li><li>No caer en hábitos tóxicos (alcohol, tabaco, drogas).</li><li>Hacer ejercicio físico durante 30 minutos al día.</li><li>Mantener una higiene adecuada.</li><li>Evitar el uso de productos tóxicos.</li><li>Trabajar en un equilibrio mental a partir de prácticas como reiki y yoga.</li><li>Realizar actividades que impliquen relaciones sociales.</li></ul>Mantener un estilo de vida saludable no es una moda, sin embargo, para muchos esto representa un lujo, por lo que las organizaciones y entidades gubernamentales tienen la tarea de generar programas, herramientas y leyes que permitan a todas las personas lograr tener un equilibro físico, mental y espiritual. Así mismo, es importante que las personas tengan en cuenta las recomendaciones de la OMS para lograr un bienestar.Comentario editorialSer sano significa tener un equilibro entre mente, cuerpo y espíritu, y para llevar a cabo un estilo de vida saludable se requiere de la realización de determinadas prácticas, como las recomendadas por la OMS, de forma que se disminuyan los riesgos de tener alguna enfermedad o evento perjudicial para la salud. ¿Cómo más cree usted que se puede obtener una vida sana?

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¿Qué es lo que realmente significa ser saludable?

Para ser saludable, los especialistas recomiendan actividades que involucren la mente y el espíritu, logrando un equilibrio junto con el cuerpo.