En salas de cirugía, así como en unidades de cuidado intermedio e intensivo, es frecuente que los pacientes requieran monitorización continua. Uno de los parámetros que requieren supervisión es la presión arterial y en múltiples escenarios su medición se hace por medio de la canulación de una arteria periférica o línea arterial. Además de hacer seguimiento a la presión arterial media (PAM), este método permite obtener otras variables importantes como la presión sistólica y diastólica, la presión de pulso y la curva arterial.

La monitorización invasiva de la presión arterial es una práctica frecuente en pacientes de cuidado intensivo. Sin embargo, olvidamos que además de la PAM, este método de medición brinda información valiosa sobre la función cardíaca, la interacción corazón-pulmón, el sistema arterial y el funcionamiento valvular1.Presión arterial sistólica (PAS): depende directamente del trabajo del ventrículo izquierdo y del volumen sistólico eyectado en cada latido. Una reducción marcada de la PAS (&lt; 90 mm Hg o una caída de más de 40 mm Hg) es un indicador sensible de compromiso hemodinámico severo, particularmente choque cardiogénico o hipovolémico1.Un parámetro clínico útil derivado de la PAS es el índice de choque, el cual se obtiene al dividir la frecuencia cardíaca sobre la PAS. Un valor &gt; 0.7 sugiere la presencia de choque hipovolémico y puede funcionar como un factor pronóstico y de seguimiento1.Presión arterial diastólica (PAD): está determinada por el tono vascular y es prácticamente constante desde la aorta hasta los vasos periféricos. Un valor reducido de PAD refleja vasodilatación sistémica y puede guiar el inicio oportuno de vasopresores como la noradrenalina1.Cifras de PAD &lt;50 mm Hg pueden significar compromiso de la perfusión miocárdica, particularmente en caso de taquicardia. Un ejemplo es el riesgo de isquemia del miocardio en fases tempranas del choque séptico, cuando la PAD puede estar marcadamente disminuida1.Al igual que en el caso de la PAS, existe el índice de choque diastólico. Este se calcula dividiendo la frecuencia cardíaca sobre la PAD, y resultados &gt; 2.2 se relacionan con alta tasa de mortalidad en casos de choque séptico1.Presión arterial media (PAM): es la presión que ejerce la mayor influencia sobre la autorregulación del flujo sanguíneo en los órganos y sobre los mecanismos de equilibrio hemodinámico del cuerpo1. Cuando se mide de manera invasiva la presión arterial, el valor de la PAM suele mostrarse constantemente en el monitor, aunque vale la pena recordar que el cálculo empírico de la PAM se hace a través de la siguiente fórmula2:PAM = PAD + 1/3 × (PAS − PAD)Una PAM entre 65 y 70 mm Hg es el objetivo inicial para asegurar el mantenimiento de la perfusión periférica. En pacientes hipertensos con choque y disfunción microcirculatoria puede ser necesario mantener niveles de PAM más altos para garantizar la perfusión1.Presión de pulso (PP): refleja la función del corazón y su interacción con el sistema vascular. Los principales determinantes de la PP son el volumen sistólico y la impedancia aórtica, razón por la cual es una variable que permite hacer aproximaciones al gasto cardíaco y a la respuesta a volumen a través de la variación de la PP1.Un valor de la PP inferior a 40 mm Hg indica una disminución significativa del volumen sistólico debido a reducción de la precarga o a disfunción sistólica severa. En cambio, cuando existe choque séptico con PP dentro de límites normales, se debe pensar en el compromiso del tono vascular y por tanto se debe guiar la terapia al uso de vasopresores en vez de usar líquidos endovenosos1.Forma de la onda arterial: el área bajo la curva arterial durante la sístole es proporcional al volumen sistólico y es el parámetro mediante el cual se puede hacer un cálculo continuo no invasivo del gasto cardíaco1.Reconocer la información que brinda la medición invasiva de la presión arterial, su interpretación y su aplicación permite tomar mejores decisiones para el mantenimiento de la estabilidad hemodinámica de pacientes en estado crítico1. Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que este tipo de monitorización se relaciona también con algunas complicaciones como oclusión del vaso, hematoma, infección y daño isquémico3. COMENTARIO EDITORIALEl acceso a nuevas tecnologías en salud es cada vez más amplio, aunque el problema radica en la capacitación para la adecuada interpretación y el uso de la información obtenida mediante herramientas diagnósticas de reciente aparición. ¿Cuál cree usted que es una manera adecuada de mantener actualizado al personal médico sobre tecnologías para la atención?