La disfunción mitocondrial es un sello distintivo del envejecimiento, secundaria a una acumulación de mitocondrias defectuosas y a una producción reducida de estos orgánulos funcionales. Por otro lado, la mitofagia es el proceso mediante el cual se eliminan y reciclan estas mitocondrias dañadas y parece ser una estrategia prometedora para revertir la disfunción. Se ha demostrado que la suplementación con urolitina (URO) A, entre otros efectos, mejora la mitofagia en varios tejidos afectados por el envejecimiento, en particular el tejido musculoesquelético.

Las URO son un <a href="https://www.docred.com/eventos/ev-cumbre-mundial-microbiota-intestinal-salud" target="_self">grupo de metabolitos intestinales derivados de dos taninas</a>, la elagitanina (ET) y el ácido elágico (AE)1 (una especie de polifenoles naturales), que han ganado mucha atención en los últimos años, debido a sus diversas propiedades1 y al creciente interés en mejorar la calidad de vida a medida que envejecemos.2,3 Estas taninas han sido consideradas durante mucho tiempo como un antinutriente, dada su escasa biodisponibilidad.3Sin embargo, el AE, liberado de la ET en el tracto gastrointestinal, es parcialmente absorbido y metabolizado por la microbiota intestinal en URO, por lo que estas últimas se consideran los principales compuestos activos,3 con varios trabajos que demuestran un enfoque prometedor.2 La urolitina A (URO-A), por ejemplo, ha demostrado protección contra los marcadores de osteoartritis, efecto que se asoció con una mayor cantidad y calidad de las mitocondrias en los condrocitos.2<h3>Urolitinas como mitófagos</h3>La disfunción mitocondrial es <a href="https://www.docred.com/noticias/NT-Nuevas-senales-de-envejecimiento-copenague-2022" target="_self">un sello distintivo del envejecimiento</a>.2 Esto se deriva de una producción reducida de orgánulos funcionales y una acumulación de mitocondrias defectuosas.2 Las consecuencias son una producción insuficiente de energía para apoyar las funciones celulares y una acumulación de subproductos tóxicos, perjudiciales para la salud celular.2 La mitofagia es el proceso para eliminar y reciclar las mitocondrias dañadas, y parece ser una estrategia prometedora para revertir la disfunción mitocondrial.2Se ha demostrado que la URO-A mejora la mitofagia en varios tejidos afectados por el envejecimiento y las enfermedades asociadas con la edad, en particular los tejidos musculoesqueléticos.2 Este impacto en la función mitocondrial podría resultar benéfico para múltiples tejidos y sus funciones fisiológicas correspondientes.2 Lo anterior sugiere que la suplementación con URO-A puede ayudar a contrarrestar una serie de cambios fisiopatológicos asociados a la edad.2<h3>Suplementación con urolitinas</h3>El consumo de ET se ha estudiado en ensayos clínicos aleatorizados (ECA) en humanos, debido a su aparente efecto terapéutico en diversos trastornos metabólicos (asociados al estrés oxidativo).1 No obstante, cada vez hay más evidencia que sugiere que la bioactividad de la ET proviene de las URO, dado que la ET es escasamente absorbida,1 por lo que, en la última década, ha habido una cantidad creciente de literatura centrada en la bioactividad de las URO.1Zhang et al. aportaron una descripción general de la distribución metabólica, los beneficios para la salud y la biotransformación de la URO-A.1 Destacaron su mecanismo molecular en la reducción del ácido úrico, como <a href="https://www.docred.com/noticias/nt-microbiota-afecta-progresion-cancer-pulmon" target="_self">antiinflamatorio, neuroprotector y anticancerígeno</a>,1,2 pero los datos son todavía insuficientes en general sobre las URO, así como los aspectos “antiedad”, en relación con la mitofagia y la modulación de la biogénesis mitocondrial de la URO-A.1Administrar URO-A durante cuatro meses redujo los niveles circulantes de proteína C reactiva, un conocido marcador inflamatorio, en sujetos que no estaban enfermos, pero tenían un estado de salud subóptimo.2 Sin embargo, la variación en las dosis, vías y duración de la suplementación con URO en la evidencia in vivo disponible, justifica más investigación,1 en la cual resulta primordial una mejor descripción del posible régimen de administración (rango terapéutico) y sus efectos beneficiosos.1<h3>¿Qué dice la evidencia reciente?</h3>Una revisión reciente, realizada por científicos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Monash de Malasia, proporciona una justificación científica para el desarrollo de las URO como potentes inductores naturales de mitofagia y, por ende, como agente terapéutico para enfermedades asociadas a la edad.1 Hasta el momento, la URO-A, descubierta en 2005, ha sido la más estudiada.1 Se ha demostrado que, en personas de edad avanzada, mejora la función mitocondrial y promueve una función muscular saludable.1Nuevos ECA demostraron que, además de ser beneficiosa, la URO-A también es segura y bien tolerada.1 Con base en la evidencia recopilada, se podría postular, entonces, que se une a las dianas terapéuticas involucradas en las vías de regulación de la senescencia y la longevidad celular.1 No obstante, la evidencia reportada por estos estudios in vivo podría no ser representativa de los beneficios nutricionales que proporciona el consumo de ET.1<h3>Elagitanina y urolitinas</h3>En cuanto a efectos terapéuticos, existe una diferencia entre la bioactividad de los alimentos ricos en ET y la actividad farmacológica de las URO,1 toda vez que estas últimas son producidas por la microbiota intestinal después de consumir alimentos ricos en ET, y su variación está muy relacionada con la composición individual de esta microbiota.1 Por lo tanto, se necesita más investigación in vivo que explore la bioactividad de otros metabotipos de las URO.1Dado que los estudios actuales se centran en metabotipos puntuales de URO (como la URO-A), aún se desconoce si la administración de combinaciones diferentes puede proporcionar un efecto sinérgico (o antagonista).1 Según la fisiopatología de las enfermedades asociadas a la edad, los próximos estudios también deberán explorar el empleo de URO como agente profiláctico o terapéutico,1 así como las formas de aumentar su biodisponibilidad oral y evaluar el perfil farmacocinético y toxicológico.1<figure class="poll" data-id="551">{ Poll ID: 551}</figure>Comentario editorialSi bien los datos iniciales sugieren que, por ejemplo, la suplementación con URO-A podría contribuir a la salud articular (incluso antes de la aparición de la artrosis), se requieren más estudios in vivo para dilucidar la relación entre la mitofagia, la regeneración mitocondrial y el potencial terapéutico de las urolitinas. Precisamente, el número limitado de ensayos clínicos que evalúan los efectos terapéuticos de estos compuestos y la amplia gama de dosis y vías de administración, justifican investigaciones más profundas para obtener resultados más concluyentes de esta intervención.

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Urolitinas, ¿qué son y para qué sirven?

Estudios afirman que el consumo de urolitina A durante cuatro meses reduce los niveles de proteína C reactiva, un conocido marcador inflamatorio. Lea más acá.