En nuestra práctica diaria, si queremos ser buenos médicos, debemos tener en cuenta virtudes y cualidades tales como prudencia, justicia, humildad, fortaleza, paciencia, perseverancia, templanza, empatía y amabilidad. Mientras más se cultiven, la toma de decisiones será mejor en torno a la dignidad y el valor de cada paciente. 

<p>La virtud se entiende como “excelencia”, y sobre ella Aristóteles dice: “la vida feliz, aspiración de todo ser humano por el mero hecho de serlo, depende del cultivo de las virtudes”.<sup>1</sup> </p><p>Es importante recordar que los buenos hábitos permiten al médico ser un profesional que responde a la vocación, con conocimientos técnicos, pero virtuoso. Existen 8 principales virtudes para lograr lo anterior y que favorecen una buena práctica clínica.<sup>1</sup></p><h3><strong>1. Prudencia<sup>1</sup></strong></h3><p>Para muchos autores, esta es la madre de todas las virtudes. Es un hábito que dirige nuestro juicio a discernir, entre nuestros actos, aquellos que son buenos y que deben hacerse. También se describe como una habilidad intelectual que guía nuestra conducta y la ajusta a la verdad.</p><p>¿Qué representa la prudencia para un galeno? La suma de experiencia y conocimiento, lo que significa que entre más pasa el tiempo, más sabemos ser prudentes. Esta virtud también se relaciona con el secreto y los principios médicos. </p><h4><strong>Tres conductas en las que faltamos a la prudencia<sup>1</sup></strong></h4><ul><li><strong>Negligencia:</strong> Incumplir el deber, no mostrar preocupación u omitir la atención correcta.</li><li><strong>Impericia:</strong> Falta de conocimientos, práctica o experiencia aun cuando el profesional haya estudiado.</li><li>Imprudencia: Falta de previsión inexcusable.</li></ul><h3><strong>2. Justicia<sup>1</sup></strong></h3><p>Según Santo Tomás de Aquino, es el acto de dar a cada quien su derecho, lo que le corresponde, y ser imparcial, es decir, ser simétrico e igualitario. Esta virtud se orienta al bien social o de los demás, no al bien individual. </p><h3><strong>3. Humildad<sup>1</sup></strong></h3><p>San Agustín define la humildad como “la conciencia de los propios límites del ser, es la primera de todas las virtudes”. Consiste en tener pleno conocimiento de nuestras carencias, cultivar la fortaleza y formar parte de un todo armónico; es la raíz de la templanza. </p><p>Juan Gervás señala que la cortesía y el conocimiento de limitaciones propias y de la medicina son atributos necesarios para ejercer con humildad. </p><h3><strong>4. Fortaleza<sup>1</sup></strong></h3><p>Es la virtud que permite hacer frente a situaciones peligrosas, como la muerte y el sacrifico de la propia vida, para proteger una causa justa. No se trata solo de ser pacientes y resignarse, sino también de emprender situaciones difíciles, pero éticamente correctas. </p><h4><strong>¿Cuándo necesitan los médicos la fortaleza?<sup>1</sup> </strong></h4><p>Según Montero Sánchez del Corral, los galenos deben tener fortaleza para ejecutar actos correctos cuando se requieren. Para Pellegrino, esta virtud consiste en “actuar con valentía, con coraje, expresión exterior de la fortaleza que es cada vez más difícil para el médico. Pero la responsabilidad moral de lo que hace sigue siendo suya”.</p><h3><strong>5. Magnanimidad<sup>1</sup></strong></h3><p>Forma parte de la fortaleza y se relaciona con el honor, la gratitud y la humildad, debido a que es el producto del buen obrar. Una persona magnánima agradece cualquier gesto o detalle y acepta el reconocimiento humildemente. </p><h3><strong>6. Paciencia<sup>1</sup></strong></h3><p>Se trata de tolerar y resistir con buen ánimo las dificultades y evitar que la tristeza obstaculice el camino para alcanzar los bienes deseados.</p><h3><strong>7. Perseverancia<sup>1</sup></strong></h3><p>Sobre esta virtud, Aristóteles dice que “es el hábito de aquellas obras en las que la permanencia es necesaria, no necesaria o indiferente. Pero el hábito que nos ordena a hacer bien una cosa es la virtud”. Cuando el ser humano cree que no puede continuar con algo, es entonces cuando aparece la perseverancia. </p><h3><strong>8. Templanza<sup>1</sup></strong></h3><p>Permite a la persona gozar de los placeres sensibles, pero siempre de manera ordenada y mesurada. En el ámbito médico, la templanza no solo está relacionada con los placeres que proporcionan la comida, el sexo y el dinero. La templanza se practica también frente a situaciones como el uso de estupefacientes o el exceso de la tecnología. </p><h3><strong>Cualidades<sup>2</sup></strong></h3><p>Muchos residentes y estudiantes afirman que la cualidad más importante de un buen médico es el amplio conocimiento en medicina. Sin embargo, para el doctor Alpert Joseph, la cualidad más importante es la amabilidad unida a la empatía. ¿Por qué? El conocimiento por sí mismo sin una dosis de estas dos cualidades impide al galeno comprender lo que el paciente experimenta y crear una relación afectuosa con él. </p><h3><strong>1. Empatía<sup>2</sup></strong></h3><p>Se trata de un proceso en el cual un individuo reconoce la situación de otra persona, bien sea de dolor o sufrimiento, y se relaciona con su estado de manera simpática. </p><h3><strong>2. Amabilidad<sup>2</sup> </strong></h3><p>Puede estar determinada por elementos genéticos, pero también por la educación y las lecciones aprendidas durante la infancia. </p><h4><strong>¿Cómo aplicar la empatía y la amabilidad?<sup>2</sup></strong></h4><p>En primer lugar, reconocer el sufrimiento del paciente y, si es el caso, la ausencia de una solución para su padecimiento. Luego, explicar pausadamente qué comprendemos del problema y de qué forma podemos ayudar a encontrar la terapia que mejor se adapte para aliviar la enfermedad. En pacientes de difícil diagnóstico, a veces una solo visita no es suficiente, pero los seguimientos mediante consultas repetidas suelen dar mejores resultados. </p><p>Tanto la empatía<sup>3</sup> como la amabilidad pueden enseñarse y combinarse con el conocimiento para que el paciente esté dispuesto a trabajar con el médico.<sup>2</sup></p><p><strong>Conclusión<sup>1</sup></strong></p><p>El galeno es la medula espinal de lo que se considera un profesional ético, técnico, con buenas bases de conocimientos, virtuoso, capaz de tomar la mejor decisión para quien recibe la atención. Mientras más se cultiven las virtudes y cualidades expuestas aquí, la toma de decisiones será mejor en torno a la dignidad y el valor de cada persona. </p><h3><strong>COMENTARIO EDITORIAL</strong></h3><p>El ritmo constante de trabajo de los médicos puede conducir a actuar de manera robótica o automatizada, con lo cual se corre el riesgo de desplazar a un segundo plano el aspecto humanitario y sensible de la relación entre profesional y paciente. Hay una persona sentada frente a usted que espera por su ayuda, así que recuerde siempre: sea amable, paciente, empático, prudente, justo y perseverante.</p>

Interés general

Docred

Principales virtudes y cualidades de una buena práctica médica

¿Sabe cuáles son las principales virtudes y cualidades para una buena práctica médica? Descúbralas acá. 