¿Cuál es la asociación entre el género de los cirujanos y los resultados de los pacientes a 90 días y un año después de una cirugía? Un estudio publicado en JAMA señala que las personas tratadas por cirujanas experimentan tasas significativamente más bajas de resultados adversos a largo plazo que aquellas tratadas por cirujanos. Estos hallazgos sugieren la importancia de comprender las diferencias en la práctica quirúrgica entre especialistas de diferentes géneros, y respaldan la diversificación continua de la fuerza laboral quirúrgica.

<h3>El camino hacia el éxito profesional de las mujeres en la medicina1</h3>Aunque cada vez más mujeres se interesan por la medicina y obtienen sus títulos de doctoras, la progresión en sus carreras sigue siendo un desafío generalizado y se vuelve más problemática en especialidades específicas.1Un estudio reciente y publicado en JAMA evaluó la relación entre el género del cirujano y los resultados adversos después de 90 días y un año de una cirugía. Se incluyeron un total de 1 165 711 pacientes, de los cuales 151 054 fueron tratados por cirujanas (23.3%) y 1 014 657 por cirujanos (76.7%).2<h3>Principales resultados2</h3>A los 90 días después de la intervención, más del 14% de los pacientes experimentó uno o más resultados adversos posoperatorios, que incluyeron muerte (2.0%), readmisión (8.1%) y complicaciones mayores (6.6%). A los 12 meses, el 25% manifestó uno o más eventos secundarios, con tasas de mortalidad de 4.3%, readmisión de 18.9% y complicaciones mayores de 7.9%.Después de ajustar por múltiples variables, como características de los pacientes, cirujanos, anestesiólogos y hospitales, se observó que los individuos tratados por cirujanos tenían tasas significativamente más altas de resultados adversos posoperatorios a los 90 días (13.9%) con respecto a los tratados por cirujanas (12.5%). Esta diferencia se mantuvo a los 12 meses, con tasas del 25.0% para profesionales hombres y 20.7% para mujeres. <h3>¿Qué destacan estos resultados?2 </h3>Señalan la importancia de investigar las diferencias en la práctica quirúrgica entre cirujanos de diferentes géneros y respaldan la diversificación continua de la fuerza laboral quirúrgica. Además, resaltan la necesidad de retener y apoyar a las mujeres en la cirugía.Las implicaciones de estos hallazgos son multifacéticas. Aunque el estudio no profundiza en las razones detrás de estas disparidades, sugiere que se relacionan con diferencias en la comunicación, estilo de práctica y la relación médico-paciente. Por lo tanto, es importante efectuar investigaciones adicionales para comprender mejor los mecanismos detrás de estas variaciones, cómo se traducen en atención quirúrgica más efectiva, y con muestras más equilibradas entre pacientes atendidos por cirujanas versus cirujanos. <h3>Conclusión2-3</h3>Si bien la inclusión de mujeres en la cirugía general está en crecimiento, en disciplinas como cirugía ortopédica, neurocirugía, cirugía cardiotorácica y urología, este aumento se produce a ritmo más lento que el general.3Dado que no es factible que todos los individuos que requieren cirugía sean tratados por cirujanas, es fundamental que tanto estas profesionales como sus contrapartes masculinas reciban un entorno laboral que les permita ofrecer la mejor atención posible.<h4>Comentario editorial</h4>El artículo es un recordatorio importante de que el género del cirujano puede influir en los resultados a largo plazo de las personas. Las diferencias en la relación médico-paciente y la atención personalizada desempeñan un papel crucial en estos hallazgos. Además, es fundamental continuar con los esfuerzos para eliminar las barreras que enfrentan las mujeres en el área quirúrgica y promover la diversidad en esta profesión. Por último, esto constituye una invitación a que los profesionales masculinos reconsideren su enfoque en la prestación de atención médica. <figure class="poll" data-id="801">{ Poll ID: 801}</figure>

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El poder de la cirugía femenina: ¿mejores resultados para los pacientes?

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