Durante la pandemia de COVID-19, la posición prona en pacientes despiertos ha mostrado mejorar significativamente la oxigenación y evolución en un alto porcentaje de casos. Sin embargo, la educación sobre evidencia disponible a los pacientes, incluso antes de necesitar la implementación de dicha posición, parece ser subestimada pero igual de relevante. La posición prona como intervención terapéutica para el Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA) fue descrita hace más de 40 años para pacientes con ventilación mecánica. Su funcionamiento se adjudica a la mejora de la oxigenación a través del reclutamiento de alveolos colapsados de la parte posterior de los pulmones, optimización en el manejo de secreciones, cambio de la percusión hacia alveolos sanos y abiertos, y reducción de la tensión pulmonar. Por otro lado, la autoposición prona en pacientes despiertos, a pesar de su existencia y efectividad comprobada antes de la pandemia, ha tenido un auge importante desde la aparición de la COVID-19. Los criterios más importantes para su utilización son frecuencia respiratoria &gt;30/minuto, saturación de oxígeno &lt;93% ambiente, o frecuencia cardíaca &gt;120/minuto. Más allá del aspecto clínico, ¿cómo influye la educación a los pacientes sobre la posición prona despiertos? (1). Una de las barreras principales para la implementación de la posición prona en pacientes despiertos al principio de la pandemia de COVID-19 fue su desconocimiento como intervención terapéutica, además de la necesidad de guardar distancia y, en consecuencia, la incapacidad de ayudar en el reposicionamiento directamente por parte del personal de salud.  Un artículo médico identificó las principales necesidades respecto a la implementación de la posición prona despiertos, desde el punto de vista del paciente: <ul><li>La adherencia debe garantizarse mediante el entendimiento total del paciente de los beneficios de la posición prona sobre la oxigenación y de cómo cumplirla, idealmente a través de una actividad demostrativa.<ul><li>Por guardar medidas de bioseguridad y evitar exposición innecesaria al virus SARS-CoV-2, las camas deben ubicarse a una distancia prudente de la ventana o puerta de la habitación desde donde el personal de salud pueda monitorizar y guiar la posición.</li></ul></li><li>En varios hospitales a nivel mundial se implementaron tabletas digitales, infografías y folletos con información pertinente para los pacientes despiertos.</li><li>El momento de mostrarles la evidencia a los pacientes, cuenta. La llamada “hipoxemia feliz”, altamente prevalente durante la pandemia de COVID-19, propició que muchos pacientes se descompensaran rápidamente y necesitaran la posición prona con urgencia. Por tanto, es ideal explicar–bien sea por medios digitales, o con instrucciones verbales desde una distancia prudente- a todos los pacientes en riesgo que podrían beneficiarse de implementar la posición prona despiertos, desde el inicio de su estadía hospitalaria.</li><li>En pacientes en los que la educación no funcionaba para garantizar su cumplimiento, las recomendaciones de la investigación son intentar un “entrenamiento” con posicionamiento lateral, u ofrecer ansiolíticos si las intervenciones no farmacológicas fallan.</li></ul>Los máximos beneficios de la posición prona en pacientes despiertos se alcanzan con un mínimo de 4 horas. Sin embargo, en la práctica clínica, esto no era verdaderamente realizable en la mayoría de los casos. Bien fuese por incomodidad en cuello, hombros y espalda, o porque su hábito corporal no se los permitía, varios factores previenen que los pacientes conceptualicen adecuadamente los beneficios y la importancia de la posición prona.  El conocimiento de los pacientes acerca de la posición prona, incluso antes de necesitarla, mostró ser esencial para su cumplimiento y adherencia. Sin embargo, los médicos no podemos educar sin estar familiarizados plenamente con la evidencia; por lo que resulta primordial educarnos en un concepto relativamente nuevo, para educar y orientar.  La medicina basada en evidencia e implementación de nuevos procedimientos suele tener lugar después de revisiones sistemáticas exhaustivas, comités multidisciplinarios, acuerdos sobre el nivel de evidencia, y desarrollo de protocolos o políticas. A pesar de que la pandemia de COVID-19 aceleró -e incluso, en algunos casos, obvió- muchos de los pasos de estos procesos, la modalidad terapéutica de la posición prona en pacientes despiertos parece haber llegado para quedarse en el abordaje de la insuficiencia respiratoria y, por tanto, la educación a los pacientes susceptibles debe evolucionar para adaptarse.   También le podría interesar: <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-tromboembolismo-venoso-pacientes-infectados-SARS-CoV-2" target="_self">Tromboembolismo venoso en pacientes infectados por SARS-CoV-2</a>

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COVID-19: ¿Importa educar a los pacientes sobre la posición prona? 

En un gran número de pacientes despiertos con COVID-19 en los que se implementa la posición prona, parece no haber suficiente conocimiento sobre la evidencia.