La fibrilación auricular es la arritmia continua más común y la edad es un factor de riesgo tanto para el accidente cerebrovascular como para el sangrado en pacientes con este diagnóstico. Varios ensayos clínicos aleatorizados respaldan el uso de los nuevos anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K, aunque la evidencia en pacientes de edad avanzada proviene solo de análisis de subgrupos. Se requiere un enfoque integral del anciano con fibrilación auricular para balancear beneficio/riesgo y determinar la mejor estrategia terapéutica.
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más común y su prevalencia ha ido en aumento con el envejecimiento de la población.1 La edad es un factor de riesgo independiente tanto para el accidente cerebrovascular como para el sangrado en pacientes con FA.2 Su complejidad requiere un enfoque multidisciplinario que, desde una perspectiva geriátrica, se queda corto para abordar a estos pacientes.3
La FA aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico (ACVI) (45% por cada década de edad [HR 1.45; IC 95%, 1.26 a 1.66])1 y se recomienda la puntuación CHA2DS2-VASc para guiar el uso de anticoagulantes orales (ACO).1 Las directrices de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) de 2020 recomiendan los nuevos anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K (ACON) sobre los antagonistas de la vitamina K, sin restricciones de edad.2
El envejecimiento altera algunas funciones fisiológicas y puede afectar las concentraciones de los medicamentos.1 Por lo tanto, el uso de ACON especialmente en pacientes > 75 años es complejo e involucra un equilibrio entre eficacia y seguridad.1 Ningún ensayo clínico aleatorizado (ECA) ha investigado la eficacia y seguridad de los ACON en pacientes de edad avanzada, pero los análisis de subgrupos y algunos estudios observacionales indican que su beneficios, por encima de los AVK, se mantienen en esta población.2
La subutilización de los ACON es frecuente dada la falta de recomendaciones específicas.1 Su prescripción es una decisión clínica compleja, que implica más que un simple cálculo de puntuaciones de riesgo cardiometabólico y hemorrágico.3 Un subanálisis del estudio PREFER informó un gradiente de beneficio clínico significativo por estratos de edad con el uso de warfarina, con mayor ventaja en los pacientes de mayor edad, por lo que la edad no debería ser el único motivo para evitar prescribir ACON en ancianos con FA.1
En la práctica diaria, los ACON cambiaron el panorama de la prevención.1
El envejecimiento parece ser un factor más determinante para el riesgo de ACVI que el tipo de anticoagulante, pero los ACON se han mantenido asociados a un menor riesgo en pacientes > 90 años en comparación con la warfarina. En cuanto a la hemorragia intracraneana (HIC), los ACON se comportan mejor sin importar la edad.1
Existen diferentes criterios de dosificación para cada ACON.1
Una sobredosis puede atenuar los beneficios de los ACON en comparación con la warfarina, con respecto al riesgo de sangrado.1
Es importante una evaluación precisa de la función renal a la hora de formular ACON.1 La fórmula de Cockcroft-Gault es la ecuación recomendada para calcular la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) y determinar la dosis de anticoagulante.1
Estudios han informado la alta prevalencia de dosis inadecuadas de ACON (dosis erróneamente reducidas), sobre todo en ancianos.3 Aunque en parte puede atribuirse a errores involuntarios, una proporción sustancial podría reflejar un enfoque “conservador” intencional en ciertos pacientes.3
Un metanálisis que incluyó cinco ECA de fase III mostró que los ACON en dosis estándar tienen una eficacia superior en el grupo de ancianos (>75 años), mientras en dosis bajas mostraron una eficacia equivalente a la warfarina, con una seguridad también equivalente, independientemente de la dosis de ACON.1 Los estudios no han demostrado el beneficio clínico de la infradosificación inapropiada, sino más bien un aumento en el riesgo de eventos adversos (hospitalizaciones por causas cardiocerebrovasculares) sin una reducción significativa de los eventos hemorrágicos;3 incluso el riesgo de HIC fue menor en el grupo de ACON que en el grupo de warfarina, sin importar la edad o la dosis.1
En pacientes de edad avanzada, los ACON en dosis estándar muestran una eficacia superior y una seguridad similar en comparación con la warfarina, excepto por una tendencia hacia un mayor sangrado gastrointestinal, mientras que en dosis bajas mostraron una eficacia similar y una seguridad equivalente o superior a la warfarina.1 Algunos estudios sugieren evitar el tratamiento antiplaquetario simultáneo y considerar un inhibidor de la bomba de protones.1
En comparación con la warfarina, el beneficio más alto se demostró con el apixabán, seguido de edoxabán, mientras que rivaroxabán o dabigatrán solo proporcionaron un ligero beneficio.1 Sin embargo, es pronto para sacar una conclusión sólida, por lo que la toma de decisiones compartida sigue siendo lo más importante antes, al prescribir la anticoagulación en esta población.1
Todos estos factores de riesgo deben evaluarse y tenerse en cuenta al prescribir ACON a pacientes de edad avanzada.1
A medida que la población mundial crece en tamaño y edad, también se espera que aumenten los desafíos respecto al diagnóstico y tratamiento de la FA.3 A fin de mejorar las recomendaciones en un futuro cercano, se necesita más investigación para vincular los resultados de la valoración geriátrica integral (VGI) con los resultados del paciente, los beneficios/riesgos del tratamiento y la toma de decisiones.3
En varios estudios se ha demostrado el beneficio de la anticoagulación oral en pacientes de edad avanzada; sin embargo, muchos médicos aún manifiestan el temor a complicaciones hemorrágicas.2 La edad y el miedo a sangrar no deberían ser motivos para no iniciar o suspender la terapia.1 Los subanálisis y los estudios de cohortes favorecen el uso de ACON sobre la warfarina en estos pacientes, aunque aún no haya consenso sobre la molécula y las dosis óptimas recomendadas.1 Se debe tener en cuenta el ajuste de la dosis de acuerdo con los criterios de reducción de cada ACON.1
Los ACON parecen ser una opción segura en pacientes de edad avanzada2 y se necesitan urgentemente datos de ECA para estructurar una estrategia óptima de prevención de ACVI en esta población.1
Comentario editorial
Hace falta más investigación sistemática que respalde el uso de los nuevos anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K sobre los antagonistas de la vitamina K, como la warfarina; sin embargo, una valoración integral del anciano con fibrilación auricular, evaluando e interviniendo factores de riesgo modificables y calculando adecuadamente su función renal, permite iniciar la anticoagulación con suficiente evidencia sobre eficacia y seguridad. ¿Qué otro elemento tiene en cuenta al momento de prescribir anticoagulantes en esta población?
Codigo: AR-CG-3-2823
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