Después de leer por años y tratar de tomar notas a toda velocidad, los médicos somos famosos por terminar la carrera con letra ilegible. Más allá de eso, redactar más de lo estrictamente necesario en recetas, informes e historias clínicas, puede drenar el interés de algunos profesionales de la salud en el campo de la escritura.

Cuando leer e interpretar con ojo crítico estudios clínicos es casi una función inherente diaria a la profesión, la terminología técnica y la teoría para escribir están presentes en la medicina. La práctica, es otra historia. Escribir tampoco es algo que llame la atención a todos los médicos, igual que la enseñanza (hay un refrán que sienta malos precedentes que dice “el que no puede hacer, enseña”). Un freelancer es cualquier persona que trabaja de forma independiente para diversas empresas o personas, sin contratos fijos. Los redactores médicos freelance tienen la ventaja de poder escoger como gestionar su tiempo y dedicación por proyectos, por plazos de tiempo, o número de contenidos; por otra parte, deben tener atención al detalle y una buena ortografía y conocimiento gramatical.  ¿Por dónde empezar? ¿Vale la pena desenvolverse como redactor médico freelance para generar ingresos extra? <h3> 1. Conocer e indagar en los formatos </h3>Como médicos, conocemos de sobra la estructura aceptada para casos clínicos, artículos y estudios científicos, y en ocasiones, incluso folletos informativos y textos farmacológicos. Esta información, aunque es básica para nosotros, es valiosa para numerosas compañías que buscan asesoría o experticia en necesidades muy específicas.  Al mismo tiempo, no es lo mismo tener esquemas en nuestra mente, que aplicarlos al redactar. Por eso, investigar más allá de los formatos y tipos de contenido, protocolos y fases de estudios clínicos, tipos de referenciación y detalles usados por profesionales más especializados, es necesario si queremos encaminar nuestra carrera hacía la redacción médica.  Algunos de los tipos de redacción médica más buscados, son:1<ul><li>Periodismo médico en blogs, páginas web de salud, plataformas médicas.</li><li>Educación médica, tanto para estudiantes en línea, como para pacientes.</li><li>Marketing médico de productos de salud.</li><li>Para publicaciones científicas y presentaciones para terceros.</li><li>Documentos de investigación, como protocolos de ensayos clínicos y reportes de estudios clínicos.</li><li>Documentos regulatorios.</li></ul>Reconocer la existencia de tan amplio abanico de opciones también delimita la audiencia a la que podrían interesarles los servicios de un redactor médico freelance. Entre estas están compañías farmacéuticas y de productos médicos, compañías de comunicaciones médicas y de contenido científico, instituciones, sociedades y academias científicas, revistas médicas, agencias de publicidad y marketing, así como sitios web y blogs de salud. <h3>2. Especializar el perfil profesional </h3>No todos los redactores y editores médicos se desarrollan en el mismo campo. Las primeras elecciones son si queremos –o nos sentimos en capacidad de- hablarles a colegas o a pacientes, para blogs o industrias farmacéuticas, si nos llama la atención el marketing o las comunicaciones médicas, ya que de esta se derivan otras decisiones de si preferimos escribir lenguaje técnico o más sencillo, y de a que ofertas aplicar.  Aunque parezca trivial, definir los últimos puntos también puede ayudar a conseguir mejores oportunidades en el campo, ya que mientras más específico y demandado sea el nicho en el que decidamos desenvolvernos, más necesarios se hacen nuestros servicios.  En la actualidad, existen numerosas plataformas para trabajar como freelancer. Aunque muchas de estas están en inglés y son para profesionales bilingües, cualquier buscador de internet o bolsa de trabajo en español puede señalarnos el camino para encontrar las mejores ofertas, con una simple búsqueda de palabras clave (redactor médico, escritor médico, redacción médica, trabajo como redactor médico, etcétera).  Por otro lado, agregar nuestras capacidades y fuertes en redacción médica a la hoja de vida es vital como siguiente paso, así como definirnos como redactores médicos en perfiles profesionales y redes sociales como LinkedIn. Además, potenciales clientes -bien sea para escribir o asesorar en contenido médico- buscará en sus plataformas médicas o le solicitará un portafolio de servicios, incluso con tasa por palabra y ejemplos de trabajos anteriores. Esto último es algo a prever y pulir.  <h3>3. Identificar nuestro tono </h3>Aunque se podría pensar que este debía ser uno de los primeros pasos, sólo con la práctica y repetición de formatos es que el escritor identifica su tono para redactar. Sin embargo, es necesario hacerlo, ya que incluso quienes esperan dedicarse al análisis de datos técnicos o a investigación deben tener un método que les funcione, les identifique y ayude a destacar entre un mar de redactores médicos.  Ensayo y error, escribir y corregir en nuestro camino (si funciona mejor una metáfora de redacción), son partes inherentes a la profesión médica. Así como se han dado de esta forma algunos de los mejores descubrimientos de la ciencia, también explorar nuevos caminos para los que definitivamente nos preparó nuestra formación académica podría ser útil para trabajar paralelamente y generar ingresos extra.

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