La dieta es un factor de riesgo importante que contribuye al desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) y las comorbilidades metabólicas asociadas (obesidad o síndrome metabólico). Un estudio demostró que la ingesta total de frutas y verduras se asoció con una menor incidencia de EHGNA tanto en hombres como en mujeres.

La EHGNA incluye un amplio espectro clínico, que va desde la esteatosis hasta la esteatohepatitis no alcohólica y, finalmente, la cirrosis. La evidencia acumulada indica que la EHGNA tiene fuertes asociaciones con la obesidad y el síndrome metabólico.1La dieta es uno de los factores de riesgo que más contribuyen al desarrollo, progresión y tratamiento de la EHGNA. Se sabe que una dieta hipercalórica, la ingesta de ácidos grasos saturados e insaturados y el consumo de fructosa aumentan su riesgo, mientras que reducir la ingesta calórica y aumentar el consumo de colina, proteína de soja, carotenoides y antocianinas dietéticas pueden disminuirlo.2<h3>Con frutas y verduras, ¿la vida perdura?</h3>Debido a que las frutas y verduras contienen grandes cantidades de vitaminas, minerales y antioxidantes como carotenoides y antocianinas, se sabe que su ingesta protege contra muchas condiciones crónicas como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la mortalidad. Pero también son una fuente importante de fructosa, lo que puede aumentar el riesgo de EHGNA.3Para dilucidar este planteamiento, un estudio tuvo como objetivo investigar la asociación entre el consumo de frutas y verduras y el riesgo de EHGNA según el sexo, entre una población a gran escala de adultos coreanos durante más de 4 años de seguimiento.3Se utilizó un cuestionario de frecuencia alimentaria y encuestas de seguimiento para estimar el consumo de frutas y verduras. El criterio de valoración fue la aparición de EHGNA, que se diagnosticó según los resultados del examen de salud después del examen inicial, con base en el índice de hígado grado3.<h4>Resultados</h4>Durante 4,2 años de seguimiento, se documentaron 2130 casos de EHGNA. En las mujeres, un mayor consumo de frutas y verduras  se asoció con un menor riesgo de EHGNA. Los hombres mostraron una tendencia decreciente del riesgo según el consumo de verduras. Una mayor ingesta total de frutas y verduras se asoció significativamente con un menor riesgo de EHGNA en hombres  y mujeres.3El consumo de frutas y verduras se vinculó positivamente con la ingesta total de energía, el porcentaje de energía procedente de proteínas y grasas, y la ingesta de colesterol. Estas asociaciones se hicieron más evidentes con el aumento del consumo de verduras que con el del consumo de frutas.3El mecanismo subyacente a los posibles efectos beneficiosos del consumo de frutas y verduras sobre el riesgo de EHGNA no se ha dilucidado por completo; sin embargo, podría explicarse por la reducción de la densidad energética al agregarlos a la dieta y las actividades antioxidantes de varios polifenoles y carotenoides en frutas y verduras.3Los resultados de análisis adicionales mostraron que las frutas o verduras con alto contenido de flavonoides o β-caroteno, como los caquis, las manzanas, las espinacas, otras verduras verdes y la calabaza se asocian con un menor riesgo de EHGNA. Estos efectos antioxidantes y antiinflamatorios de los polifenoles son similares a sus efectos sobre otras enfermedades crónicas.3<h3>La defensa de la fructosa</h3>Se sospecha que la fructosa, que se encuentra en frutas y verduras, contribuye al desarrollo de EHGNA y su progresión. Sin embargo, los resultados del presente estudio encontraron que un mayor consumo de frutas y verduras se vincula con un menor riesgo de EHGNA.3De acuerdo con este ensayo y trabajos previos, parece que la fructosa agregada a las bebidas azucaradas u otros alimentos procesados, y no la fructosa natural presente en frutas o verduras, es el principal contribuyente al desarrollo y progresión de la EHGNA.3La fructosa añadida  (sacarosa o jarabe de maíz con alto contenido de fructosa) puede aumentar la lipogénesis de novo y el acoplamiento mitocondrial, lo que provoca estrés oxidativo, mientras que una dieta rica en azúcar también puede inducir esteatohepatitis.3<h4>Conclusión</h4>La ingesta de frutas y verduras se asoció con un riesgo reducido de enfermedad del hígado graso no alcohólico. El consumo de estos nutrientes puede proteger contra esta condición y las comorbilidades metabólicas asociadas.3Comentario editorialEs necesario producir evidencia en distintas poblaciones con diferencias epidemiológicas para establecer pautas dietéticas más sólidas y aplicables en la consulta médica general.<figure class="poll" data-id="850">{ Poll ID: 850}</figure>

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